La gruta de Lourdes, donde según la tradición la Virgen María se apareció a la adolescente Bernadette Soubirous en 1858, reabrirá el viernes tras dos años cerrada por la pandemia de covid-19, anunció este martes el centro de peregrinación mariana.
Los peregrinos podrán volver a acceder a la gruta de Massabielle, llegar “a los pies de la Virgen María, Inmaculada Concepción, tocar la roca y acercarse a la fuente”, celebra el santuario en un comunicado.
El cierre de la gruta lastró las visitas a la turística localidad del sur de Francia, que depende en un 90% del turismo.
Antes de la pandemia, numerosos enfermos de todo el mundo viajaban a Lourdes en búsqueda de una cura, entre los 3,5 millones de visitantes anuales.
La reapertura tendrá lugar al mediodía del viernes, coincidiendo con el rezo del Ángelus y con la celebración de la XXX Jornada Mundial del Enfermo. (I)
En el marco de la XXX Jornada Mundial del Enfermo que se celebra el 11 de febrero, recordamos algunas palabras y reflexiones que el Papa Francisco ha dedicado a los enfermos, a lo largo de su pontificado, destacando siempre la importancia de la familia en la lucha contra la enfermedad, actuando como «el hospital más cercano». El Santo Padre también destaca que Cristo «encomendó a su Iglesia la misión de cuidar a los enfermos» hasta el final de sus vidas, abrazando todas las consecuencias.
Sofía Lobos – Ciudad del Vaticano
«La enfermedad vista con los ojos de la fe, como una oportunidad para acercarnos a Dios quien abraza nuestra fragilidad humana y no permanece indiferente ante nuestro dolor». Recordamos estas palabras del Papa Francisco que cobran un significado aún más especial este 11 de febrero, día en el que se celebra la XXX Jornada Mundial del Enfermo que este año lleva como tema «Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso» (Lc 6,36) y lanza una clara invitación a «estar al lado de los que sufren en un camino de caridad».
La familia es el hospital más cercano
Son muchas las ocasiones en las que el Santo Padre ha recordado, a lo largo de su pontificado, la importancia de la familia como motor que mueve a la sociedad y que también desempeña un papel fundamental a la hora de cuidar a los enfermos, atendiendo con amor sus necesidades y «convirtiéndose en el hospital más cercano».
Así lo explicaba Francisco en su catequesis del 10 de junio de 2015, en la cual abordó la cuestión de la enfermedad en la familia, una experiencia que nos hace vivir profundamente nuestra fragilidad humana, a través del dolor y de la impotencia.
Dios no abandona a los enfermos
Sin embargo, el Papa recuerda que para el cristiano, la enfermedad no es un camino oscuro en el que todo está perdido, porque Dios sale al encuentro de los que sufren, precisamente con más fuerza, en medio de las tribulaciones y pruebas de la vida.
Y prueba de ello son los numerosos episodios que relatan los Evangelios, en los que «Jesús lucha contra la enfermedad y cura al hombre de todo mal».
La Iglesia y su misión de acompañar a los enfermos
El Santo Padre recuerda también que siguiendo el ejemplo de Cristo, la Iglesia tiene la misión de acompañar y hacerse cargo de los enfermos hasta el final, abrazando todas las consecuencias que ello implique.
De ahí la importancia de celebrar con fe la Jornada Mundial del Enfermo, una fecha establecida el 11 de febrero de 1992 por el Papa Juan Pablo II con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, patrona de los enfermos, ya que -recuerda Francisco- la debilidad y el sufrimiento de nuestros seres más queridos pueden ser para la familia (y sobre todo para los niños) una escuela de vida, donde aprendemos a acompañar a nuestros enfermos con amor, atención, oración, cercanía afectuosa y misericordia.
Quito, 10 feb (EFE).- La Arquidiócesis de Guayaquil tiene previsto recibir este sábado en la catedral San Pedro Apóstol la denominada campana «La voz de los no nacidos», bendecida recientemente por el papa Francisco y con la que iniciará una campaña contra el aborto en Ecuador.
La acogida oficial de la misma se llevará a cabo en una misa solemne en horas de la mañana, antes de que arranque una campaña que recorrerá el país «despertando la conciencia de todos los ecuatorianos en favor de la cultura de la vida», reza un comunicado difundido este jueves por la Arquidiócesis guayaquileña. El pasado 27 de octubre, el pontífice bendijo la campana en los patios del Vaticano antes de su acostumbrada audiencia general de los días miércoles.
La campaña que tiene previsto adelantar la Iglesia Católica ecuatoriana se produce en momentos en los que la Asamblea Nacional (Parlamento) debate un proyecto de ley para regular el aborto por violación, despenalizado por la Corte Constitucional en abril de 2021. Hasta entonces, en Ecuador el aborto estaba permitido únicamente en casos en que la vida de la mujer corra peligro o por violación de discapacitadas. «Por eso, la campana «La voz de los no nacidos» llega en el momento preciso para despertar las conciencias de los ecuatorianos y recordarnos a todos la necesidad de defender el don de la vida humana que es inalienable en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural», indica el documento de la Arquidiócesis.
La campana, de más de una tonelada de peso, es de bronce macizo y está grabada con varios símbolos teológicos. «Dos códigos genéticos que simbolizan al padre y a la madre; la ecografía de un niño concebido junto a dos querubines que lo guardan; la frase del profeta Jeremías «Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía», precisa. También contiene la talla de dos tablas de piedra que simbolizan los 10 Mandamientos; la frase de Jesucristo «no penséis que he venido a abolirla ley»; la del quinto mandamiento «no matarás», dos manos que sostienen un corazón con los escudos de Polonia y Ecuador y finalmente la frase: «Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, ¡A toda vida humana!», del evangelio de la vida de San Juan Pablo II.
Después de la eucaristía, este sábado está previsto que arranque una caminata con la también conocida como «Campana de la vida» hasta la Plaza San Francisco antes de retornar a la catedral. Al bendecir este símbolo el papa Francisco deseó «que su sonido anuncie al mundo el evangelio de la vida, despierte la conciencia de las personas y recuerde la voz de los no nacidos. Encomiendo a la oración de ustedes la vida de cada niño concebido».
La Campana de «La voz de los no nacidos» es iniciativa de la Fundación polaca Sí a la Vida, la empresa polaca fabricante de la campana Jan Felczynski, un grupo de fieles liderados por el monseñor Giovanni Battista (obispo auxiliar de Guayaquil en funciones) y la empresa Citikold, encargada custodiar su traslado de Europa a Ecuador. El primer recorrido de la emblemática campana será anunciado al final de la misa de recepción, que será transmitida por los canales oficiales en redes sociales de la Arquidiócesis de Guayaquil. EFE db/lll
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